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El Countdown del Crucero: Parques y Bad Bunny

Nos encanta viajar y nos encanta ir a Disney. En enero de este año fuimos a visitar los parques de Orlando porque están festejando los 50 años de Disney World (18 meses de celebración que empezaron en octubre del 2021 y terminarán hasta marzo del 2023), y aunque nos tocaron nuevas atracciones y fue una divertidísima experiencia, ahora queríamos hacer algo distinto, así que pensamos en un crucero.

Disney tiene 5 cruceros: Magic, Wonder, Fantasy, Wish (¡que inauguraron este año!), y el Dreams, que es el que nosotros vamos a tomar, y ya les contaré sobre la experiencia a bordo, que seguro estará genial.

Decidimos viajar un par de días antes a Orlando por dos razones, la primera era visitar algunos parques de Disney para ir entrando en el “mood”, y la segunda, porque Alberto es fan de Bad Bunny, y Sergio y yo, bueno, nos solidarizamos y lo acompañamos al concierto en el Camping World Stadium.

3 días para el Disney Dream

Llegamos al aeropuerto de Orlando en la noche, y pedimos un Uber al hotel: Disney’s All-Star Music Resort. El hotel está padrísimo y todo el personal es muy amable. El lobby está muy amplio y no nos tocó nada de gente en el check in. La tienda de souvenirs está al fondo, y hay un pasillo en donde están colgadas las fotos de íconos de la música, desde Elvis Presley o Queen, hasta Taylor Swift. Después está un centro de entretenimiento y el restaurante. Saliendo está una alberca y jardines con fuentes que te llevan a las habitaciones, (¡y a otra alberca!).

La fachada de las habitaciones te hace sentir que te estás hospedando en Broadway, con espectaculares de Mary Poppins, el Rey León, y otros musicales. La habitación está pequeña pero bonita, con cuadros de Disney para no perder la magia.

2 días para el Disney Dream

En nuestra última visita no nos dio tiempo de ver el show de fuegos artificiales de Epcot, así que decidimos hacerlo esta vez. Llegamos al parque a media mañana y nos tocó el International Food & Wine Festival (el festival internacional de comida y vino). Nos propusimos probar algo en cada pabellón, pero esa meta estaba destinada al fracaso: Empezamos por el pabellón francés, pero lo único que probamos en ese pabellón fue la experiencia de Ratatouille, que, por cierto, ¡súper recomendada! No es un juego extremo con bajadas y subidas de locos, pero vas en un carrito como si fueras un ratón y la experiencia te llega a los 5 sentidos (desde el olor de la cocina, hasta el trapeador que te salpica mientras huyes de los cocineros). De ahí nos fuimos al pabellón de Japón en donde probamos el Sake, solito en su forma natural. A Sergio no le desagradó, pero no fue la bebida favorita de Alberto, ni mía, aun así, ¡teníamos que probar! Seguimos con Italia, en donde nos recomendaron una copa de vino Rosato Toscana que sí nos gustó, y después nos tomamos una cerveza alemana. Y hasta ahí llegó nuestra degustación. Alberto y Sergio habían reservado espacios en la fila virtual para subirse a los Guardianes de la Galaxia, que, por cierto, es una atracción que abrió apenas en mayo de este año. Es una montaña rusa, y de acuerdo a la gente que vi bajarse, incluyendo a Sergio y Alberto, está muy divertida si te gustan los juegos extremos. (Por si aún no ha quedado claro, soy una cobarde para los juegos).

El día en Epcot resultó perfecto, desde la caminata por el parque, la comida, la visita a las tiendas, la atracción de la bola que no puede faltar, y finalmente el show que tanto esperábamos y que no defraudó ni un poquito. La mezcla de las películas de Disney con la música, luces y fuegos artificiales te pone la piel chinita.

¡1 DÍA PARA EL DISNEY DREAM!

El concierto era el último día en Orlando, pero no por eso dejamos de aprovechar el día. Decidimos conocer el Typhoon Lagoon, que es uno de los parques acuáticos de Disney, y aunque nos tocó un día lluvioso, valió la pena conocerlo. No es tan grande como los otros parques, pero tiene toboganes, un río tranquilo que rodea el parque, una alberca de olas, una zona para niños, y bueno, restaurantes, tienda de souvenirs, casilleros y un área para sacar fotos. Nos subimos al Gangplank Falls, que es una llanta para varias personas que va en los “rápidos”, y aunque es muy corto, está muy divertido. También fuimos a la alberca de olas y después de un rato nos agarró ahí la lluvia. Cerraron las atracciones así que nos fuimos a comer, y como aún había tiempo decidimos ir a Disney Springs de compras, antes de prepararnos para el concierto.

Lo padre de hospedarte en Disney es que hay camiones que te llevan a los hoteles, a los parques, al centro comercial… ¡Y son gratuitos! Solo tienes que esperar a que llegue el camión (que salen cada cierto tiempo), y no tienes que estar buscando taxis o incluso rentar un coche.

Disney Springs es un centro comercial al aire libre, con restaurantes, cafés y hasta un cine. Está la tienda de Lego (¡que tiene de todo!), y las tiendas de Disney en donde encuentras artículos de cualquier personaje y película que se te ocurra. Está muy bonita para ir a tomar algo en la noche, a caminar por ahí o simplemente para irte de compras.

Ya cansados y después de haber caminado bastante, nos fuimos al hotel para arreglarnos. El Uber nos recogió a las 7, e hicimos cerca de media hora al estadio. Desde unas cuadras antes ya había bastante gente. Hasta eso no fue tan lenta la fila para entrar, pero ya en el interior, ¡estaba hasta el gorro! La capacidad del estadio es de 70,000 personas, y aunque cerraron la parte de atrás del escenario, pusieron sillas en el campo, y al final vendieron alrededor de 65,000 entradas. El concierto duró tres horas, y aunque, como dije, no soy ninguna fan, realmente quedé impactada con la producción del show.

Resulta que Bad Bunny es el primer hispano en presentarse en ese estadio, ¡y con la casa llena! La verdad es que uno no tiene que ser fanático para admitir que lo dio todo en el show. Las luces, pirotecnia, la energía… Todo estuvo maravilloso. Nadie le abrió el concierto, y no hubo ninguna pausa, fue canción tras canción y todo el público estaba súper prendido. Algo muy padre fue que al entrar repartieron pulseritas con luces. Así que en ciertos momentos se prendía el estadio de azul, verde, rojo o blanco… Y sumado a los fuegos artificiales… ¡Uf! ¡Qué vista! Definitivamente valió la pena.

Día 0

Por fin llegó el día. Hoy volamos a Miami para subirnos al Disney Dream. Por ahora terminamos este blog, resumiendo algunas recomendaciones:

  1. Aún estás a tiempo de festejar el 50 Aniversario de Disney World. (Termina en Marzo 2023) ¿y qué tiene de interesante? El castillo de Cenicienta (Magic Kingdom) tiene una decoración especial toda esta temporada. Hay nuevos espectáculos en Magic Kingdom, Epcot Center y Animal Kingdom. Venden snacks especiales, y los personajes se visten de gala.
  2. Si te hospedas en un hotel de Disney, tienes traslados gratis a cualquier lado (parques, Disney Springs…) solo hay que checar los horarios de las salidas, algunos salen más rápido que otros.
  3. Aunque no te gusten los juegos extremos, hay muchísimas cosas qué ver en los parques, y puedes disfrutar y divertirte igual.
  4. Quédate a los shows de la noche. ¡Valen la pena!
  5. Checa en la app de Disney las atracciones de los parques un día antes. Algunos tienen filas virtuales (como Guardianes de la Galaxia) y aunque tienes que reservar tus espacios muy temprano, te evitas horas de filas.

Ahora sí, ¡al crucero! ya les contaré todo sobre la experiencia a bordo.

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